La vida me huele a caramelo

A lo largo de la vida entre las muchas cosas que nos toca vivir, aprendemos algo fundamental, aprendemos a amar. El amor es algo que crece a raíz de una motivación, hay una causa y un efecto y este amor te hace sentir muchas cosas, el amor te hace más humano. 


Existen muchas maneras de amar que nacen a partir de a quién estamos amando. Existe el amor de padre/hijo, el amor de amigos, el amor de parejas, todos estos, aunque tengan la misma importancia, se expresan y se sienten de forma distinta, algunos son más racionales, más permisibles, otros más románticos, más de aguante, en fin.. 

Existe también otro amor, un amor que comparto con muchos (CON TODOS MENOS UNOS), que muchos entienden y que algunos jamás comprenderán. Cuando tenía 8 años (recuerdo tanto aquel domingo) vi llorar a mi padre (en ese entonces de 40 años) y a mi hermano (de 12 años), poco sabía de fútbol, por ser mujer mi papá no me llevaba al estadio asumiendo que no me gustaría (además de lo peligroso que podría ser), pero siempre guardé el interés por entender que llevaba a mi padre a celebrar de tal manera un gol y a volverse loco si su equipo perdía. Recuerdo haber visto por televisión los goles que Carlitos Muñoz le hizo al Nacional ese año (93) y haberme sentido contenta pues comprendía que esto era algo que a mi padre le gustaba y que a mi también por ser "Barcelonista". Nunca olvidaré ese día, lloré al ver llorar a mi padre y sentí que me dolía a mi también; el día en que Carlitos Muñoz falleció, ese día yo me hice Barcelonista. No me pregunten por qué, tampoco sabría explicarlo, sólo sé que si algo me podía hacer sentir así entonces valía la pena vivir por ese amor. Desde ese 26 de Diciembre de 1993, yo, Irina Llaguno, AMO A BARCELONA SPORTING CLUB.


Hay gente que me dice que no entiende cómo me puedo poner así por un equipo, "es sólo fútbol", "hay cosas más importantes" y yo lo único que atino a decir es, BARCELONA ES MI VIDA. ¿Cómo no amarlo? Si mientras escribo esto se me eriza la piel, ¿Cómo no amarlo? Si no ha existido algo que me alegre la vida de la forma en que Barcelona lo hace, NO HAY MAL DÍA CUANDO GANA EL BARCE. No hay mejor momento que ver ese estadio pintado de amarillo, no hay nada más dulce que ver a un niño que no sabe ni hablar bien usando la amarilla y celebrando un gol de Barcelona. Empecé diciendo que amar te hace más humano y sí, con mi equipo he aprendido a tolerar, a esperar, a entender, pero también aprendí a apoyar, aprendí que cuando estas en una relación hay que estar en las buenas y sobre todo en las malas, aprendí que al amor no se le da la espalda, aprendí que hay que ser agradecido, aprendí a amar a lo bien, sin importar qué y sí, también aprendí a putear y a pelear, a defender, a enojarme, a amargarme la existencia, me he peleado con Dios varias veces. 

El equipo de mis mis amores está volviendo a la gloria, este año luego de todo el drama con las elecciones, lo único que pedí fue tener un 2011 digno y me dieron mil veces más que eso. No pierdo la esperanza de que las cosas se den vuelta y lleguemos a una final, pero si no es así, no importa, con las alegrías que he recibido de momento estoy contenta, ya el 2012 será nuestro. 

A mis hermanos Barcelonistas, gracias por ir al templo, gracias por ser una voz de aliento, pero sobre todo gracias por no perder la fe, por estar los domingos alentando al amor de nuestras vidas. A esos 11 que llevan la piel encima y el corazón amarillo, gracias por devolverle al ídolo su honor y su gloria. A Dios, gracias por darme la vida y gracias a ti padre por hacerme Barcelonista.





PD: No pierdo mi tiempo hablando, ni criticando a otros equipos, yo sé lo que siento cuando se meten con Barcelona, yo sé lo que jode, yo sé lo que duele y por eso, no se lo hago al resto. APRENDAN! Yo sólo tengo ojos y palabras para BARCELONA, EL ÚNICO Y VERDADERO ÍDOLO DEL ECUADOR.

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